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| Máximo Luppino |
Es una prédica constante la llamada de Sergio Massa a conformar un gobierno de Unidad Nacional. Múltiples señales concretas, dio el candidato de UP en este sentido. Mantiene un diálogo fecundo con representantes de otras fuerzas políticas. Desde dirigentes de la UCR, hasta miembros del Pro, pasando por socialistas históricos, empresarios y sindicalistas.
La Unidad Nacional es el único camino cierto para que nuestra República transite un sendero de progreso y desarrollo. En el sumar voluntades está la clave de la construcción de un destino luminoso para nuestra patria. La reconocida Graciela Camaño sumó su voluntad para que Massa sea el próximo presidente de los argentinos. En el mismo sentido se manifestó Juan Manuel Urtubey. El socialismo también sumó su decisión de acompañar a Massa y lo concretó en la voz de Mónica Fein.
Las señales son concretas y por demás tangibles. Al gran mérito dialoguista de Sergio se suma la violencia descalificadora que ejerce Javier Milei para gran parte de la sociedad dirigencial argentina. La UCR jamás le perdonará las descalificaciones infundadas que el líder libertario les propinó a Don Hipólito Yrigoyen y a Don Ricardo Alfonsín. Sin necesidad alguna disparó improperios sobre ambos hombres sumamente reconocidos por la historia de la patria.
Tanto la UCR como el Papa Francisco, Horacio Larreta y el peronismo todo son blancos de ataques constantes de parte de Milei. Sindicalistas y el Estado Argentino como tal son vituperados por el inestable candidato liberal.
¿Además de a sus perros y a su hermana, “el jefe”, a quién quiere Javier Milei? ¡La vida afectiva del libertario parece muy árida y desolada! La carencia de empatía social hacia la sociedad que lo rodea es una seria falencia emotiva. ¿Alguien que no ama a su comunidad puede dedicarse a “la cosa pública”?
Los grados extremos de competencia y enfrentamiento que lleva adelante Javier Milei lo vuelven un ser “peligroso”. Argentina necesita unión, no disgregación anárquica. En el respeto profundo de la vida de nuestros semejantes, nuestra propia existencia cobra sentido espiritual.
Dos candidatos, dos proyectos que son diametralmente opuestos.
¿Qué tipo de presidente podría ser quien dice que Argentina es inviable o que es “una mierda”? Sólo una mente obtusa y cerrada al bien podría pensar esta barbaridad. ¡No podemos dejar que Milei dirija los destinos de la patria! ¡El hombre de este tiempo político es Sergio Tomás Massa!
Al difícil desequilibrio emocional de Javier Milei, Mauricio Macri le sumó la malignidad de la mentira artera. Asociación funesta en verdad.
La Nación Argentina es grande y luminosa. Brinda ayuda a un mundo muy poco indiferente, por esto auguramos un triunfo de Sergio Massa el próximo 19 de noviembre. Mucho más que una “segunda vuelta”, es una oportunidad de crecer y desarrollarnos sin violencia ni separatismo.
Ayudemos a fomentar el sentido de servicio en nuestra comunidad. En la ayuda al semejante, nuestra propia vida cobra una dimensión fundamental. Sin ideales de empatía y solidaridad no es posible vivir dignamente. En la fraternidad es donde nos encontramos con nuestro destino trascendente, donde nuestra espiritualidad se desarrolla y nuestra conciencia de expande.
La “filosofía” del mercado es malignidad egoísta en acción. ¿De verdad te gustaría un “mercado de órganos” humanos? ¿Juzgás correcto romper, dinamitar e incendiar para luego “construir”?
¡La Argentina es nuestro hogar y con Sergio Tomás Massa le daremos una oportunidad de desarrollarse y crecer!
Máximo Luppino
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