Máximo Luppino |
Tal cual lo había prometido, la primera visita oficial del presidente Lula Da Silva al extranjero habría de ser a la Argentina como una señal inequívoca de agradecimiento a Alberto Fernández, quien lo visitara cuando Lula se encontraba injustamente privado de su libertad. Ahora Lula comienza su tercera presidencia de la mano del voto popular en la hermana república de Brasil. Además de privilegiar la relación histórica de amistad y entendimiento económico entre ambos países.
La visita de Lula se enmarca en la reunión de la CELAC que se lleva a cabo en Buenos Aires donde el presidente argentino posee la presidencia pro tempore de este organismo internacional.
Pero mucho más allá de las cuestiones formales y protocolares, Fernández y Lula se encuentran sumamente empeñados en relanzar la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas). El primer paso fundamental es implementar una moneda común entre Argentina y Brasil que no sustituye ni al peso ni al real, sino que más bien los complementa. La moneda se llamaría SUR y sería de uso comercial y financiero. Esto oxigenaría la demanda de dólares para asuntos internacionales, y sería una primera y fundamental señal de independencia económica ante los países centrales.
Esta idea basada en el sentido común no nace en contra de ningún país ni sistema comercial, es más bien una señal de fortalecimiento regional para poder enfrentar con mayor soltura los intereses de los Estado Unidos de Norte América y de la Unión Europea. Con el tiempo no será una moneda de Brasil y Argentina solamente, será la moneda de toda Sudamérica y de la CELAC inclusive. Es este un proceso largo y complicado de auténtica soberanía financiera, tema que de manera embrionaria se viene trabajando dese hace ya varias décadas. Para que la moneda SUR prospere junto con la creación de un Banco Sudamericano que atienda los problemas propios de la región se necesita estabilidad política, es decir, que gobiernos populares y con vocación soberana continúen gobernando nuestras naciones.
Pero todo esto tan necesario llevará un tiempo importante de aplicación e implementación. Claro que hay medidas concretas para el demandante: “aquí y ahora”. Esta necesidad será atendida por un régimen de financiación de un año que el Banco de Brasil otorgará a los empresarios brasileros que exporten productos a la Argentina. Es esta una medida concreta y palpable que alienta la integración efectiva entre Argentina y Brasil. A tal fin, Los ministros de economía, Sergio Massa y Fernando Haddad, anunciaron el compromiso de instrumentar una línea de financiamiento de importaciones a 366 días entre el Banco de la Nación Argentina y el Banco de Brasil con el propósito de facilitar las compras en el vecino país.
Esto implica que con un año de gracia para abonar insumos y elementos de importación, nuestra Nación puede ahorrar en dólares una muy importante suma. Para mantener estos beneficios y muchos más que vendrán en el futuro necesitamos mantener una misma línea de política interna y fundamentalmente exterior. En otras palabras, Argentina necesita imperiosamente un triunfo rotundo del Frente de Todos, cualquiera sea su candidato y además debe ampliar significativamente la alianza gobernante. Compañeros, el manual de la exquisitez doctrinaria debe guardarse en el bolsillo trasero del pantalón. Aprendamos de Lula. Amplió su base de sustentación política con contrincantes de ayer que hoy son sus aliados en la llegada a la presidencia de Brasil.
También este tópico de acción lo detectó bien Cristina Fernández que ya en varias oportunidades señaló esta forma loable de actuar.
Reflotar la UNASUR es tener una moneda en común, nuestro propio Banco sudamericano, tomar acciones en conjunto, comercializar en armonía con nuestros productos, ser solidario con las comunidades más modestas y avanzar juntos y unidos.
Sin Lula en Brasil esto es muy difícil, sin el Peronismo en el gobierno de Argentina estos ideales se tornan imposibles.
La patria Grande reclama un esfuerzo de todos. Soñar con una realidad épica y trabajar para lograr el bien común, lo concretaremos con nuestra propia cultura materializada en una gloriosa y poderosa moneda para todas nuestras Naciones.
¡Si lo creemos seguro lo lograremos!
Máximo Luppino
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