Máximo Luppino |
Con atuendos democráticos proclaman el más cruel autoritarismo. Cantan el Himno Nacional Argentino deseando ser colonia del imperio. Quieren besar los pies del verdugo impiadoso al tiempo que le financian la infame hacha asesina.
Sólo una profunda distorsión conceptual puede originar una marcha opositora el día que celebramos nuestra Independencia como Nación soberana. Un 9 de Julio es un día de júbilo patriótico. ¿Cómo se puede pensar justo en esa jornada levantar consignas políticas partidarias? Para mayor de males, un sector de los manifestantes abogaba por el fin del gobierno constitucional actual, elegido popularmente. Sentencias llenas de odio se lanzaban a los vientos cual hermosas margaritas silvestres
¿Los necios son culpables de su necedad? ¿Y si el cartero fuera el culpable? Claro que nos estamos refiriendo a la cascada de falsedades que ciertas cadenas informativas divulgan hora tras hora, exacerbando el ánimo social, sembrando desanimo y diciendo estupideces tales como: “¡La única salida es Ezeiza!” “Todos los jóvenes se quieren ir del país”.
¿Dónde desean irse? ¿A la Inglaterra del renunciado Boris Johnson, luego de que más de 50 funcionarios de su propio gobierno forzaran su dimisión? ¿A la Europa dolida, donde el euro cotiza por debajo del dólar por vez primera en décadas? Quizás prefieran los Estados Unidos de Norte América donde en una balacera en una escuela o shopping puedan encontrar una muerte sin sentido.
Por supuesto que todos los países tienen grandezas y problemas, tal cual tenemos nosotros. Sólo deseamos establecer claramente el punto de que Argentina posee valles y cumbres como las demás naciones. “No somos más que nadie, ni menos que ninguno”, somos los que visten y calzan una historia de lucha y gloria para ser libres, soberanos y justos.
La patria es destinataria de nuestros esfuerzos y sacrificios. Es el “lugar” celestial de nuestros más profundos ideales de superación y entrega generosa donde deben plasmarse para poder crear el Bien Común. El conciudadano es siempre un hermano piense como piense, profese la creencia que desee. Sólo están fuera de esta familia espiritual los que se autoexcluyen agrediendo la cultura nacional, profanando con mentiras la realidad heroica de nuestra Nación.
Ahí, en nuestras Malvinas, está la sangre generosamente derramada de héroes de verdad, de hermanos que lucharon por nuestra bandera y la “inmaculada” OTAN para algunos fue la responsable de las muertes de nuestros combatientes. ¿Qué corazón angustiado ha de tener el que adora a su opresor?
Hoy se genera una suba del dólar informal de manera deliberada, se remarcan precios de productos deliberadamente, creando mucha más inflación de la que padecemos. Dirigentes piqueteros que piden, piden y piden, ¿hasta cuánto pedirán? El momento histórico mundial es muy complejo y el argentino en particular es delicado. El gobierno Nacional deberá tomar medidas drásticas si no quiere sufrir una erosión mayor a la que ya padece.
El caos se combate con orden democrático, la libertad se gana con responsabilidad cívica comprometida. Hoy hay mucho en juego como para no detener un tanto la pelota y pensar en qué lugar de la cancha nos paramos y discernir bien para “qué lado patear”.
¡El orden constitucional debe ser respetado y cuidado a ultranza!
Los diseñadores del naufragio constitucional serán, más temprano que tarde, alcanzados por la marea del pueblo que está cansado de ser extorsionado por los dueños de la remarcación.
Solidaridad donde se encuentre necesidad y firmeza ferrea donde se aprecie inflación creada para destruir a las familias argentina. El gobierno debe tomar el “toro por las astas”, de lo contrario el futuro entonará melodías de suma tristeza.
¡Creemos que lo correcto se sabrá imponer sobre los desaciertos!
Máximo Luppino
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