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| Máximo Luppino |
Elisa Carrió: “Si votás a Milei, votás a un genocida”. Con esta rotunda y aventurera afirmación Elisa dinamitó cualquier posible acuerdo con el líder libertario. Una vez más Carrió rompe puentes de acuerdos y marca la cancha a sus socios políticos. El resto de Juntos por el Cambio deberá obligadamente optar por Milei o Carrió. Dos políticos sumamente temperamentales y muy extremos a la hora de hacer declaraciones públicas.
Milei aseveró “Si yo deseo disponer parte de mi cuerpo, ¿cuál es el problema?” A esta temeraria e imprudente afirmación, Milei sumó su idea de abolir la ley que prohíbe la venta de órganos humanos. Concretamente, el candidato de ultraderecha manifestó: “Derogaría la prohibición de venta de órganos”. Más que una propuesta política, lo de Milei parece pretender complacer un viejo anhelo de Jack el Destripador. Parece que Milei no mide las consecuencias de sus afirmaciones. En el barrio dicen:” Milei grita que abran la carnicería de partes humanas” … Una vez más, el singular candidato libertario ponderó al mercado por sobre las personas. Aberrante criterio despiadado el de Milei.
Elisa Carrió, adversaria sanguínea por naturaleza no iba a dejar pasar esta posibilidad que Milei le dejó servida en “bandeja de plata” con tales desubicadas afirmaciones. Así es que cual ávido cazador en busca de una presa fácil, cuando escuchó los exabruptos de su rival, Elisa disparó con munición pesada.
Se nos ocurre pensar que asistimos a un concurso de propuestas extremas, casi disparatadas entre Cambiemos y Libertarios en busca del votante descontento y frustrado que deambula interesado en una propuesta electoral que lo contenga.
Está claro que entre UCR, PRO y Libertarios será muy difícil comulgar en una sola formula electoral. Habría dos alternativas posibles, una gran interna o dos fórmulas distintas de frentes electorales diferenciados. La creciente inflación que sufrimos alienta las posibilidades electorales de la oposición.
Reinan grandes ambiciones cruzadas. Horacio Rodríguez Larreta enfrentado a Mauricio Macri, las legítimas ambiciones personales del radicalismo más las diferencias doctrinarias entre el partido de Yrigoyen y los liberales conspicuos. Patricia Bullrich que se encuentra envalentonada por el eco de una corte de periodistas adictos al sensacionalismo político, busca su oportunidad. Sin olvidar a Javier Milei que con tal de brillar más alto que las mismísimas estrellas del universo teme hasta de la proximidad de su propia sombra. Tengamos presente a Elisa Carrió que es un árbitro natural reconocido en estos espacios de pensamiento. Seguro Elisa aportará más condicionamientos a una alianza en donde se entremezclan éticos valores.
Todo hace avizorar que el resultado de esta alquimia política desencadenaría en dos diversos frentes electorales opositores.
Mientras, el oficialismo lucha, con poco éxito hasta el presente, con el monstruo voraz de la inflación que se constituye en el verdadero enemigo electoral y, lo más triste, en verdugo de nuestro pueblo.
Volvemos a reiterar con estos niveles de inflación que el Frente de Todos tendrá una elección muy complicada.
Dios quiera que por la necesidad de nuestra gente la inflación se domine y el salario rinda lo suficiente para que las familias puedan vivir una vida sin tantas penurias y se pueda observar un futuro de progreso económico necesario.
La reconciliación entre el presidente y Cristina ya es un hecho irreversible. La salida de Matías Kulfas más la brillante actuación de Alberto Fernández en la Cumbre de las Américas cimentó profundamente la relación presidente - vice, que encuentran en el dominio de la inflación su gran escollo a superar.
El frente de Todos ingresa en un tiempo de reformulación, entre las granadas de Milei y los dichos canónicos de Elisa Carrió, el verdadero oráculo de la oposición.
Máximo Luppino
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