La solidaridad fraternal es una obligación de las almas generosas, de los que abrazan el humanismo genuino o la religión en su universo de empatía y compasión ineludible con nuestros semejantes.
“Enseñar a pescar”, es decir que las personas posean su propio sustento y dignamente con el fruto de su trabajo puedan autoabastecerse económicamente es en verdad un gran objetivo. Mientras la Nación crea trabajo, los necesitados deben con prontitud ser asistidos con cariño y respeto, brindándoles ayuda con conciencia de suprema protección.
El rencor y el odio de almas que residen en la oscuridad cavernícola de la ausencia de justicia social destruyó el plan Qunita en su original versión. La dureza de corazón motivó el paralizar ayuda para los que menos tienen. Podían “mejorar” lo que suponían con perversidad “estaba mal hecho”, pero no, detuvieron la ayuda… En verdad quieren castigar y humillar al necesitado. No desean una sociedad solidaria, son amantes del látigo que castiga la ausencia de dinero.
La “sociedad perfecta” jamás va a existir sin humanismo solidario, sin comprender que “el otro” también es espiritualmente una expresión de nosotros mismos y que el yo debe sustituirse por el nosotros, por el concepto de unidad. El pensamiento más avanzado es el “de la sociedad Organizada”, un ideal de roles personales que crean un conjunto social dinámico y pronto a socorrer al desprovisto como una actitud que nos dignifica como seres de luz que aún no reconocemos que en realidad somos.
El plan QUNITA va a volver con más fuerza y voluntad que antes, con la conciencia de que crecemos cuando ayudamos y que la ley del búmeran reina en su científica ley de causación.
QUNITA más que un kit integrado por un moisés, colchón, sábanas, ropa, cremas, talcos, profilácticos, libritos de instrucciones para las madres de recién nacidos, es un contenedor de objetos que dicen: “son ustedes hermanos nuestros valiosos e importantes, son parte de esta Argentina de cariño y justicia que queremos reflejar”…
Los que vimos la pobreza de cerca siempre comprendemos que el peronismo entiende a los humildes, que Perón y Evita crearon la digna Clase Media con las personas que los conservadores de entonces descartaban. Más que ideas políticas se trata de generosidad o avaricia extrema en el reino de un egoísmo suicida.
Los pensamientos nobles generaran acciones desinteresadas donde el compartir es un ejercicio cotidiano de amor social incondicional. Dando en como recibimos, enseñando es como aprendemos.
La lucha está entre el bien de colaborar o el mal de creernos distintos y/o superiores a nuestro prójimo.
QUNITA es un plan que dignifica tanto a los que lo brindan como a los que lo reciben. Es el “circuito del bien” que se manifiesta, es PERONISMO en acción concreta y plena. Es el espíritu de EVA en favor de los “grasitas y descamisados” de ayer, los humildes de siempre, los que son hijos de la tierra, Argentinos orgullosos de su bandera.
QUNITA vuelve como todo lo del peronismo que siempre retorna para cumplir con el mandato de los elevados ideales del general.
¡Siempre estaremos dispuestos a ayudar con la gracia de DIOS, nuestro señor!
Máximo Luppino
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