Los mercenarios siempre desean “ganar” dinero, puestos de poder y privilegios que los distingan de sus semejantes. Para esto deciden alimentar las divisiones, para ocupar algún lugar entre las facciones en pugna. Luego, los fanáticos imbuidos de una arcaica doctrina tribal quieren que todo esté teñido de su color mental. No saben vivir en democracia, ni respetar la diversidad lógica que los enriquecerían como personas. La pereza intelectual y la inseguridad personal los conducen a estar enclaustrados en sus escasas ideas domésticas carentes de creatividad. Desde este ´cómodo refugio de ilimitada torpeza combaten y descalifican al prójimo en vez de crecer junto al semejante.
La grieta política y social no es un fenómeno nuevo ni exclusivo de nuestra Nación. Siempre existió y más o menos profunda siempre existirá en la actual condición evolutiva de la humanidad. El tema es reducirla a su menor número de expresión.
Es fácil apreciar que “la grieta” ha reinado en todas las latitudes del planeta. La sangrienta guerra de secesión en Estados unidos es una muestra del funesto reino de la separabilidad. Enfrentamiento bélico entre hermanos que dejó miles de muertos y que duró cuatro años (1861-1864) de ininterrumpido dolor que proyectó consecuencias hasta los agitados días del vertiginoso presente.
El movimiento independista Catalán busca su independencia de España. Esta grieta sí que es profunda y promete futuros días de dura zozobra para nuestra amada Madre Patria. Los recientes disturbios violentos en Barcelona son adelanto lamentable de próximos desencuentros políticos-sociales. También en el Reino Unido de Gran Bretaña Escocia e Irlanda han mostrado firme voluntad de independencia del predominio autoritario Inglés en el gobierno de la isla. Vamos a pasar por alto los desencuentros sumamente violentos en Medio Oriente, donde parece que reinan más los fusiles que las ideas.
Argentina en verdad posee un “grieta” modesta, pero suficiente para no dejarnos crecer a la velocidad que nuestro pueblo merece. Un puñado de comunicadores sociales están enrolados en ver oscuridad depresiva en el más glorioso y luminoso amanecer nacional. Son los frustrados que buscan culpar a la sociedad que los circundan de sus propias carencias. Actúan como servidores de “causas” extranjeras sin valorar jamás la verdad y belleza de los ideales argentos.
Los mercenarios buscan lucrar con el esfuerzo ajeno y los fanáticos siembran división donde debe imperar la hermandad.
Cuando Alberto Fernández logró un histórico acuerdo con los bonistas extranjeros para el pago de una deuda asfixiante, no fue reconocido adecuadamente. Querían un fracaso para producir zozobra interna.
El presidente logró encarrilar la asignatura más difícil que nuestro país tenía, el acuerdo internacional con los bonistas, mostrando inteligencia y flexibilidad para solucionar problemas que el gobierno de Mauricio Macri sembró. Cambiemos tomó deuda millonaria en dólares y no construyó ni una parada de colectivos. El peronismo hace frente a la deuda y comenzó a reactivar la economía nacional.
Otro satélite Argentino está en órbita gracias a nuestros científicos y a la decisión de este gobierno de permanecer entre los 7 países del mundo capaces de construir aparatología espacial de última generación. Emprendimiento que Macri y sus aliados desestimó y paralizó.
Con respeto a otras naciones decimos: Ni Canadá, ni Australia, ni Chile, ni Uruguay construyen satélites propios, Argentina con orgullosa decisión de nuestro presidente Alberto Fernández sí lo logra. No es el primer satélite nacional lanzado al espacio. Una vez más el PERONISMO coloca la nave nacional rumbo a su destino de ilimitada grandeza.
Claro que hay muchos problemas, pero la pandemia que es un fenómeno lacerante mundial entorpeció los planes de prosperidad preparados. Nuestra administración gubernamental nacional, provincial y municipal evitó un colapso sanitario, y muchísimas vidas se salvaron gracias al esfuerzo mancomunado de todos. Este es el camino a recorrer, el del esfuerzo conjunto.
Sin desmedro de otras naciones hermanas, estás pisando un suelo sagrado en oportunidades. Nación dueña de un futuro poderoso en oportunidades que estamos construyendo. No escuches las mentiras de los cobardes pesimistas de los medios masivos de comunicación. La verdad está en cada barrio y ciudad, provincia y paraje de nuestra hermosa Argentina, soberana de sus propios ideales, punta de lanza del progreso mundial.
Máximo Luppino
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