Antes que concluya junio, varias provincias patagónicas pasarán a una nueva fase de la cuarentena en la que, finalmente, se habilitará el turismo en alguna de sus formas.
Por GUSTAVO H. MAYARES*
Como anunciara el presidente Alberto Fernández el jueves último, la mayor parte geográfica del país pasará el lunes del aislamiento social al distanciamiento social; es decir, a una fuerte flexibilización de la cuarentena en términos sociales pero también económicos.
Con más del 90 por ciento de los casos confirmados y todavía sin techo en lo que hace a cantidad de infectados y fallecimientos por coronavirus, solo AMBA, el Gran Chaco, Gran Córdoba y Trelew se mantendrán bajo un estricto –relativo, en realidad– acuarentenamiento social, preventivo y obligatorio.
En consecuencia, provincias como Neuquén ya decretaron la habilitación de numerosas actividades y prácticamente solo quedará como tarea pendiente qué hacer con el turismo, específicamente en lo que respecta a hoteles y otros sitios de alojamiento habilitados. Los locales gastronómicos –con sus protocolos– reabren el lunes.
Se trata de un sector económico que viene ejerciendo fuerte presión para lograr la apertura; al que se le suman los prestadores de servicios como los centros de esquí y hasta los propios trabajadores involucradas en cada temporada. Situación que se repite tanto en el sur neuquino como en Bariloche.
Para empezar, ya están presentado los protocolos para reabrir Parques Nacional; en principio con lugares destinados específicamente a vecinos de las localidades cercanas pero también trascendió que ese protocolo ya incluye eventuales aperturas para visitantes turísticos.
Además, el ministro de Turismo Mario Meoni ya aseguró que los vuelos de cabotaje se habilitarían en septiembre pero no descartó que ello ocurra "posiblemente en julio", como declaró a la agencia Télam. Todo dependerá de la evolución de la pandemia en las provincias patagónicas y las linderas a la región.
Por ejemplo, la ministra neuquina de Turismo Marisa Focarazzo ya anunció que están en tratativas con Mendoza –otro distrito sin circulación comunitaria del virus– para establecer vuelos entre ambas provincias, específicamente desde la capital mendocina al Aeropuerto Chapelco y viceversa.
La urgencia, claro está, la propone la llegada inminente del invierno y del producto nieve, económicamente clave en una vasta región patagónica, sobre todo en localidades cordilleranas; los centros de esquí como los ubicados en los cerros Catedral y Chapelco, por ejemplo, y todo el comercio y servicios que les son subsidiarios, generan millones pero también cientos de empleos estables y temporales que están en juego.
En ese marco, Neuquén aparece como la provincia con mayores posibilidades de lograr una apertura turística más o menos amplia; Río Negro afronta casos recurrentes de coronavirus en Bariloche; Chubut también informa numerosos casos pero en la costa atlántica, y Santa Cruz y Tierra del Fuego se encuentran en plena flexibilización de la cuarentena.
Vale recalcar que todo quedará supeditado a la evolución del coronavirus en la región: de dispararse los casos confirmados y fatales en el marco de una eventual flexibilización turística, todo podría volver a foja cero. Es de esperar que tal decisión, si fuere necesaria, no se tome tardíamente.
*Editor de Elandino.ar
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