“NINGÚN VIENTO ES BUENO SI NO SÉ A DONDE IR”
Por: Prof. Rosana López
Apenas se ponían en marcha los engranajes del dispositivo escolar en marzo 2020,nuestra sociedad fue, una vez más, testigo presencial de un cambio en el proceso pedagógico. En esta ocasión no se trataba de un conflicto político o económico deteniendo el flujo del saber. Esta vez, se trataba de un caso de vida o muerte. Cada vez más personas en el mundo morían por el contagio masivo de un virus devastador que acechaba cruelmente espacios aglomerados. Tras el incipiente autoaislamiento ordenado por el GobiernoNacional miles de espacios educativos: Inicial, Escuelas Primarias, Colegios Secundarios, Universidades, Cursos particulares, todos juntos emprendieron un camino viable, después de todo, admisible. Emprender el recorrido del espacio pedagógico en forma virtual durante la pandemia. Esta conspicua innovación ideada con el objeto de transferir conocimiento en forma regular suponía auxiliar a nuestra sociedad durante esta “contienda” cuyo mayor objetivo era evitar el contagio y defender nuestro derecho a estudiar.
Con respecto a la estrategia virtual ideada, puede admitirse, para empezar, que el contexto escolar ya había ido cambiando desde hace varios años. Es innegable que los últimos avances tecnológicos, redes sociales e internet denotan sesgos de insipiente inmediatez en sus usuarios. Principalmente, la computadora es la herramienta con la que damos “Likes”, se puede conseguir pareja o algún empleo, entre otras cosas, por ejemplo. Por esto podemos insistir que el mundo virtual es bastante atractivo porque nos hace sentir muy cómodos ya que en este sitio podemos encontrar una abundante matriz de datos los cuales podemos manipular con rapidez gracias al gran avance de la tecnología que, anecdóticamente, según Einstein (1900), no hemos aprendido a usar con cuidado.
Por un lado, se dice que los avances tecnológicos han puesto a disposición de los alumnos un amplio volumen de información, independientemente del espacio y tiempo en que se encuentren docentes y alumnos y facilitando su autonomía. Sin embargo, no podemos tener habilidades tecnológicas sino desarrollamos también nuestras habilidades emocionales. Es importante reconocer que los cambios acelerados que produce la tecnología no se detienen y nos producen un ritmo de vida extremadamente vertiginoso por lo que necesitamos poderdesarrollar laresiliencia para poder empezar de nuevo cuando se producen los cambios o conflictos. Varios expertos, tales como el psicólogo ruso Vigotsky, entre otros, aclaran que al interactuar en la escuela podemos desarrollar habilidades cognitivas superiores tales como el pensamiento crítico, comprensión lectora para pensar y pensarnos anosotros mismos. También necesitamos habilidades socioemocionales para poder trabajar en equipo. La escuela enseña habilidades cognitivas básicas: la perseverancia, rigor, resiliencia, empatía, habilidades que si no las tenemos no podemos trabajar en equipo. Y es el docente con la dialéctica elencargado de arbitrar los medios para desarrollarentre su grupo de alumnos estas habilidades.
Podemos agregar, que entre los objetivos más destacados que ha planteado la UNESCO, figuran los que enuncian queen la escuela sedebeaprender a SER HUMANO, a pensarse a uno mismo, APRENDER A VIVIR JUNTOS, APRENDER A CONOCER TEMAS CURRICULARES, y también es necesario APRENDER A APRENDER, APRENDER A AUMENTAR LA INTELIGENCIA BIOLÓGICA de cada estudiante CON AYUDA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL, y esta ahí mismo la razón del presente trabajo: tratar de responder:“¿Quién puede aumentar su inteligencia biológica y quién no?”
Según varias estadísticas, un gran número dechicos del conurbano abandonan sus estudios. Muchos de ellos, abandonados de su suerte, tienen carencia de conocimiento de palabras y vocabulario, lo que ocasiona pérdida de lenguaje y falta de comprensión lectora. No han adquirido el habito de escuchar a sus padres leyendo historias para ellos, ni de leer libros ellos mismos. Es indiscutible que conversar es el arte de escuchar.En realidad, se estima que los niños de bajo nivel socioeconómico escuchan treinta millones de palabras menos. Esta carencia de posibilidad de escuchar y charlar produce un rolestanco, típico del de un televidente pasivo cuyo desarrollo lingüístico y neurocognitivo impacta produciendo surcos que ocasionan una comprensión lectora muy limitada.
En síntesis, no tener palabras, reduce el campo de pensamiento y eso involucra reducir la capacidad de emoción. Es la capacidad de controlar y manipular nuestra estrategia sintáctica la que usamos para expresar nuestros pensamientos e interpelar nuestra inteligencia y la de los demás, la de los otros. La emoción dela “otredad”, de observar al otro. Si nadie se hace cargo de esa interacción interpersonal que se lleva a cabo en clase, no tendremos sociedadbien consolidada, solidaria, comprometida. Esos alumnos que se van de la escuela por ser definidos injustamente como, “no educables” se van porque no pueden jugar el juego, se van porque se quedan sin palabras. Se los come el medio.
Es evidente que en la web hay datos, pero, en realidad, es el alumno el que produce el conocimiento, con ayuda de la intención construida entre docente y alumno. Contextualizando y significando la información. Con respecto a esto, Aristazabal (2005) agrega que “la emoción es el botón de la acción” y el docente con su espíritu hace que estas cosas sucedan. Estas acciones se llevan a cabo cuando hay interacción directa, cara a cara entre docentes y alumnos porque es allí donde al manifestarse conductualmente se aprende a crear y desarrollar nuestro potencial de ser. La escuela no es el lugar exclusivo para aprender el programa o la curricula. El fin de la escuela y de la enseñanza presencial es desarrollar la capacidad de no rendirse frente a la adversidad de tener que empezar de nuevo tras un fracaso generandolos sentidos de voluntad, emoción y resiliencia.
Lo que es peor, La revista “Otras Voces en Educación” considera que, a largo plazo, el perfil último económico ypolítico del home learning o enseñanza on-lineutilizado ahora como desafío para superar el silencio como ausencia pedagógica y, también, entrelazado con el home office, apunta hacia el trabajo por proyectos, la no vigencia de un contrato laboral con la empresa y la no existencia de sindicatos que defienden los derechos de los trabajadores porque la única relación sería la del individuo con el cliente y que luego de culminar el proyecto cesaría en su relación.Tal como cita PabloAristizabal (2013): “Dime que matriz de generación de riqueza tiene tu país y te diré que educación exige su sociedad. El autor señala que la matriz de generación de riqueza en Argentina es de pura especulación”. Muchos ciudadanos defienden la enseñanza virtual admitiendo que allí tienen todo el conocimiento y que gracias a este servicio los alumnos tienen todas sus clases y se les da bastante trabajo para “que aprendan”. No obstante, también se podría reflexionar sobre Google y su poder de espionaje al servicio del poder hegemónico, como lo indica la revista mencionada. El servicio es supuestamente gratuito, pero tiene un límite de almacenamiento y si fuese necesario aumentar el mismo se debería pagar.
Para concluir y considerando lo expuesto sobre la importancia de la interacción presencial entre docente-alumno- y alumno-alumno,puedo aseverar que la enseñanza virtual en forma total será una herramienta inadecuada para propiciar el desarrollo de conductas tales como la resiliencia, el arrojo, la colaboración y el compromiso. Ya que en el proceso de enseñanza y aprendizaje, aparte de interesarnos por todo lo que se ha aprendido debemos estar atentos a como lo hemos aprendido. Tal vez, de esta manera, podremos advertir que la posición social del alumno, como miembro activo de la sociedad en la que vive, es también una fuerza que rige su desarrollo cognoscitivo.
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