Falleció Ernesto Cardenal. Fue sacerdote, teólogo, escritor, político, traductor y escultor; esencialmente, un poeta del universo. Ernesto nació en Nicaragua para constituirse en un ciudadano del firmamento. Su culto celestial por la belleza jamás lo alejó de los compromisos cotidianos para con su pueblo. Cardenal militó fervientemente en la doctrina Teológica de la Liberación en América Latina. Fue ministro de cultura del gobierno de la Revolución Nicaragüense desde 1979 hasta 1987.
Sus múltiples actividades políticas produjeron que la Iglesia Católica lo inhibiera de conducir oficios religiosos como sacerdote. Esto ocasionó un dolor tremendo en Ernesto. El cura tercermundista, ante este hecho, dijo: “¡Hazme justicia, Señor / Porque soy inocente!” El Papa Francisco dejó sin efecto esta restricción. Así, Cardenal pudo volver a oficiar La Santa Misa antes de fallecer.
La vida de Ernesto Cardenal es tremendamente inspiradora. Un luchador indómito de las causas que sentía como justas. Jamás temió confesar sus más íntimos pensamientos. Vivió acorde a sus convicciones y falleció para reinar eternamente bajo la luz de los discípulos de la verdad del mundo.
A nuestro entender, su vida es un legado de belleza infinita regalada a la humanidad. Sin embargo, deseamos establecer que su obra Cántico Cósmico es la joya dilecta de su tesoro de pura sabiduría.
En homenaje a Ernesto Cardenal compartimos un pequeño fragmento de su obra CÁNTICO CÓSMICO. CÓSMICO.
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